En ocasiones, nuestro perro rechaza la comida que se le sirve. Las razones de ese comportamiento pueden ser muy variadas, cansancio, estrés, inapetencia o simple desobediencia. Antes que nada debemos observar su comportamiento para determinar si se trata de un mal pasajero.

El perro es un animal de costumbres, por ello, debe comer siempre en un lugar tranquilo, sin que haya nadie a su alrededor, con horarios constantes.

En algunos casos, el perro se ha acostumbrado a pedir probadas de tu comida y pierde el interés por su alimento. Esta situación por desgracia es muy frecuente y no es en absoluto recomendable, sobre todo si tu perro no come bien, ya que perjudica a su organismo. Además, esta situación origina un estímulo inadecuado, porque a medida que el perro crece se acostumbra a las sobras y rechaza cualquier otro tipo de comida.

En el caso de que tu perro no acostumbre a pedir probadas, es posible que su poco  apetito se deba a un trastorno digestivo o algún otro malestar. Por lo tanto, si al segundo o tercer día sigue sin comer, deberá consultarse con un veterinario.

Otras veces puede deberse a un problema más sencillo: el perro ha crecido y requiere de otro tipo de alimento, es momento de consultar con el veterinario para que nos indique el alimento adecuado.

También puede deberse a que tu perro te esté poniendo a prueba, no deberás ceder ofreciéndole otro tipo de comida por miedo a que sufra desnutrición.  Un perro puede saltarse una comida sin que repercuta en su organismo. Por tanto, no hay dejarse engañar por su mirada implorante, el perro no se muere de hambre teniendo comida a disposición y debes tener muy claro que si se acostumbra a escoger la comida, lo hará toda la vida.

Fuente: El gran libro del perro, Andreas Hofer